Y llegó el día...

Llegué a Brighton, y todo aquí al llegar ha sido un caos, no tenemos residencia hasta la semana que viene, pero a cambio del pequeño desliz estoy en una casa en la que veraneo muchos años, Charles, de Inglaterra, en una habitación enorme, lo único que está 20 minutos de la playa, pero bueno... la residencia, en la que en breve me alojaré está en pleno centro a un metro de la playa, y con un ambiente increíble.
Ya hecho de menos algo Cantabria, pero sobre todo por la comida y por los amigos. No entiendo absolutamente nada a los ingleses, hablan muy deprisa y son algo especiales.
Hay muchisimo español, de mi edad, estudiando aqui erasmus o como yo, en verano a aprender inglés, y aunque no conviene juntarse con ellos, me siento más como en casa, de botellón a la playa, en las discotecas, que por cierto hay más de 100 discotecas por aquí.
El tiempo en Brightom es muy bueno, mucho calor, por eso parte de la vida se hace en la calle, en terrazas y bares al aire libre, pero lo más impresionante de aquí, es la cantidad de artistas que nos regalan su voz, con auténticas canciones de country, eso no tiene precio.
La arquitectura es increíble, con estilo inglés, pero moderno, todo sigue un ritmo y un color, los museos, teatros y bibliotecas son lugares en los que te pasarías horas y horas, nada tienen que ver con Cantabria, mucha gente jóven queda en las bibliotecas, son como lugares de ocio, en los que no todo es leer.

Lu¡¡¡¡